martes, 20 de enero de 2009

TOPIRAMATO: CIENCIA O CIENCIA-FICCIÓN (segunda parte)

LA CONFUSIÓN ENTRE CAUSA Y EFECTO
Es tentador considerar que dos sucesos que aparecen en un determinado periodo de tiempo deben estar relacionados causalmente. Por ejemplo, “cada vez que el río aumenta su caudal los accidentes de tráfico se duplican, por tanto la causa del aumento de los accidentes de tráfico es la elevación del caudal del río”.

Esta tentación aumenta si el efecto observado es inesperado como el caso del TOPIRAMATO donde los autores no esperaban encontrar este resultado.

Para poder demostrar de manera científica que existe una relación causal entre un fármaco y un efecto, es necesario comparar dos poblaciones idénticas y que únicamente se diferencien por el hecho de que a una población se le va a dar el fármaco de interés y a la otra población un placebo (sustancia inocua). Si en la población a la cual se le ha dado el fármaco aparece el efecto y en la otra población no aparece el efecto, se podría decir que existe una asociación entre el fármaco y el efecto.

Cuando se obtiene un resultado se debe analizar críticamente la posibilidad de que factores que no se han tenido en cuenta pudieran ser los causantes de la aparición de este efecto. Volviendo al ejemplo de arriba (caudal del río-accidentes tráfico) existe un factor que es la lluvia que une dos situaciones, aumenta el caudal del río y genera más accidentes de tráfico. Por tanto, la causa del incremento en los accidentes de tráfico es la lluvia y no el caudal del río.

En el caso del TOPIRAMATO parten de un único individuo. Partir de un único individuo genera la imposibilidad de controlar los factores confusores. Además, el resultado obtenido se podría haber debido al azar.

A parte de que es necesario un estudio científico metodológicamente correcto para demostrar la relación entre el fármaco y el efecto, también es necesario conocer todos los factores que podrían generar el mismo resultado que el fármaco, este es el caso de los efectos secundarios.
Los autores han referido que no han encontrado efectos secundarios en el paciente. Se sabe que entre los efectos secundarios de este fármaco cabe destacar los cognitivos que incluyen:

· Ralentización psicomotora
· Problemas de memoria
· Fatiga
. Somnolencia

Si por algún motivo, el paciente hubiera sufrido alguno de estos efectos secundarios, los desórdenes parafílicos sexuales también se hubieran mitigado o desaparecido, por tanto ¿cómo podríamos saber si el efecto se debe al fármaco o se debe a los efectos secundarios?
Para responder esta pregunta, es necesario un estudio científico adecuado.

5 comentarios:

zule dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
zule dijo...

¿Podrías indicar el nombre de la publicación científica en que han publicado el trabajo fundado tan sólo en el estudio de un individúo? ¿Algún enlace al artículo original? Nadie puede afirmar nada de nada con un solo caso experimental.

Aunque no aparece en las indicaciones del prospecto, sí que hay médicos que recetan topiramto para la pérdida de peso en el caso de comedores compulsivos. En este caso, sí que se han hecho estudios en un número suficiente de individuos como para poder decir que el topiramato produce en la mayoría de individuos una pérdida de peso, siendo ésta proporcional al peso inicial del individuo. En el prospecto, tanto la pérdida de peso como de apetito aparecen como efectos secundarios muy frecuentes.

Creo que no hay ninguna publicación que trate sobre la ruta por la que el topiramato produciría esta pérdida de apetito/peso y el resultado favorable en pacientes comedores compulsivos. Yo tengo una hipótesis que podría explicar tanto el efecto en comedores compulsivos como en el “enfermo de fetichismo?!” (aunque en este último la explicación más sencilla sería la casualidad). Que quede claro que es tan sólo una hipótesis sin ningún fundamento experimental.

El topiramato es un fármaco utilizado en el tratamiento de la epilepsia cuyo modo de acción es impedir que ciertos receptores se activen por glutamato.

Tanto la comida (principalmente chocolate e hidratos de carbono) como la práctica del BDSM activan la liberación de endorfinas. Éstas producen placer y relajación. Si este placer es mayor del esperado, se produce a su vez una liberación de dopamina. La dopamina es el neurotransmisor del circuito de recompensa y su liberación la responsable de todas las adicciones. La dopamina a su vez hace que se libere el glutamato, que será el responsable, por medio de su interacción con receptores, de provocar cambios en el cerebro que posteriormente provoquen el deseo de repetir la acción que ha provocado este placer. El topiramato dificulta este último paso de unión del glutamato a sus receptores, por lo que podría ser benficioso frente a un deseo exagerado de realizar la acción.

Ahora bien, comer en exceso es perjudicial y además en comedores compulsivos provoca una sensación de culpa después de la ingestión, por lo que el placer obtenido queda enmascarado por el displacer de esta sensación de culpa. Sin embargo el cerebro deja grabado el placer inicial, no la desagradable sensación final, por lo que vuelve a aparecer el deseo de comer convulsivamente, sobretodo en momentos de ansiedad, ya que en el cerebro está escrito que comer mucho provoca relajación.

En el caso que nos ocupa, los gustos fetichistas del “paciente” no eran perjudiciales para él, pero sí sentía esa sensación de culpa, por lo que el topiramato, al inhibir parcialmente ese deseo, evita esa culpa y haría que el individuo se sintiera mejor.
Ahora bien, este hombre va a perder de este modo una oportunidad de disfrutar de una manera que no todo el mundo es capaz. Su “curación” real sería conseguir aceptar que el fetichismo no es algo malo, que es un regalo tener esa capacidad de disfrutar, en lugar de evitar que el cerebro desee tanto esas “perversiones”.

Por otra parte, casi todo el mundo le gusta la comida y no es comedor compùlsivo. La causa primaria del problema en este caso y probalemente del caso del hombre fetichista, sería una ansiedad generalizada que llevaría a una exagerada búsqueda de la relajación y el placer.

luar dijo...

Hola Zule;
Te pongo la cita bibliográfica:

Treatment of paraphilic sexual disorder: the use of topiramate in fetishism.Shiah IS, Chao CY, Mao WC, Chuang YJ.Int Clin Psychopharmacol. 2006 Jul;21(4):241

En este trabajo o caso reportado por estos autores la hipótesis que tienen puede ser cierta pero para demostrar la hipótesis no vale con un único caso porque no puedes controlar los factores confusores ni tampoco el azar. Por muy obvio que parezca una asociación, por muy clara que se tenga una hipótesis, es necesario demostrarla y para eso están los estudios científicos que con su diseño controlan los factores confusores y el azar.

La crítica se hace al título del artículo y a la forma de comunicación que tienen de este caso dando por supuesta una hipótesis que podría haber sido redactada a posteriori, es decir una vez que salieron los resultados en el paciente vamos a pensar por qué ha ocurrido esto. Esto no es científico, lo científico es tener la hipótesis a priori y demostrarla. Si tú tienes la hipótesis a priori el diseño del estudio no partiría nunca de un sólo individuo porque sabes que no puedes demostrar la hipótesis de esta forma.

Los autores han fallado en la forma de comunicación del caso, el título sugiere que han encontrado una indicación más del topiramato y esto no es cierto.

zule dijo...

Pensaba que estaría publicado en una revista que sólo leerían en su casa, pero ya he visto que no. Como bien dices, menos mal que es un caso aislado.

He mirado y, a pesar de que los autores afirman que van a seguir con este estudio, no han publicado nada nuevo sobre el tema y han pasado más de dos años. O bien no ha "funcionado" de nuevo, o bien no han encontrado "enfermos" que quieran presentarse voluntarios, o bien no ha funcionado de nuevo el topiramato.

Pero lo que yo quiero gritar es que lo que se debe curar es el sentmiento de culpabilidad, y no ese deseo que no hace daño a nadie.

luar dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que estos sentimientos que surgen en nosotros deben ser aceptados por la persona para que no exista culpabilidad. Ahora bien, una vez que has aceptado que te excitan ciertas prácticas y no sientes culpabilidad por ello( en este caso el fetichismo de los zapatos y pies femeninos) hay que tener en cuenta que si este sentimiento es capaz de desequilibrar tu vida diaria o genera algún problema que impide llevar una vida normal, tal vez sí estamos ante un caso de patología o trastorno y que debe ser tratado.

En el caso de este paciente, tal vez lo que le causaba el problema con las relaciones interpersonales no era su conducta fetichista sino la culpabilidad que sentía tras masturbarse. O tal vez este paciente tenía ya un problema de tipo obsesivo-compulsivo y no un problema de fetichismo.