lunes, 3 de agosto de 2009

SESIONES: Jugando con traumas culturales


Un tipo de juego que es especialmente controvertido para muchas personas y grupos dentro del BDSM es el juego que consiste en "interpretar", en representar algunos de los horrores de nuestro pasado cultural. Aunque la humanidad tienen un terrible pasado de tortura y genocidio en el que elegir, las escenas que tienes más probabilidades de causar problemas son las del pasado más reciente: a menudo las que incluyen el Holocausto y los nazis, y las que apelan a la esclavitud basada en la raza de los siglos XVIII y XIX en Norteamérica. Asuntos más antiguos como la Inquisición española parece que disparan menos "resortes" porque están enterrados más profundos en nuestra memoria cultural.

Conocemos a sumisxs que pertenecen a grupos minoritarios oprimidos hasta hace poco que han encontrado una enorme curación y excitación creando historias alrededor de esa opresión histórica.

Obviamente todas estas sesiones pueden suponer una carga emocional profunda y seria para ambxs la persona que domina y la dominada. Lxs dominantes pueden encontrar complicado el invocar el espíritu de la intolerancia aunque sepan que son personas amables e igualitarias. Las personas dominadas se pueden encontrar con yacimientos inesperados de odio o de opresión internalizada. Sugerimos un cuidado extremo al negociar y representar estas sesiones, similares a las que hemos recomendado para jugar con traumas personales como violación o malos tratos.

Si estas sesiones se juegan en una fiesta pública u otro tipo de reunión, lxs espectadores pueden quedarse horrorizadxs, escandalizadxs o ponerse furiosxs. Estos temas ya se han discutido con mucha pasión. Habla antes con lxs anfitriones sobre las sesiones que incluyan racismo, machismo o nazis: recuerda que cuando entras en una fiesta con esvásticas puedes estar estimulando a gente que no ha decidido jugar contigo. Cuando gritas "negrx de mierda", "zorra estúpida" o "sucio judío", la gente alrededor no puede cerrar sus oídos.

Al mismo tiempo que pensamos que las personas que van a las fiestas son responsables de sus propias acciones, es de buena educación dejar a la gente saber por adelantado la naturaleza de la sesión que estás a punto de hacer de manera que puedan elegir si quieren mirar o no, o si quieres irse a otra habitación.

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Fuente: Extractos traducidos de "The New Bottoming Book". Pags. 148-149. © 2001 Dossie Easton y Janet W. Hardy, "The New Bottoming Book". Greenery Press. NO está traducido todo el texto, sino algunas partes. Para tener toda la información recomendamos, si se sabe inglés, adquirir el libro vía internet

Fuente imagen: Flickr Creative Commons

1 comentario:

Dita bi Teese dijo...

reflexión en voz alta... las autoras consiguen lidiar con el tema de manera breve y aséptica, como siempre procuran hacer en EE. UU. Me pregunto cómo lidiar aquí con esos temas, realmente: "tortillera", "maricón", "moro", "puta", "gitano" siguen siendo adjetivos usados despectivamente y habría que hacer encaje de bolillos para jugar desde la igualdad con estos términos en un contexto bDsM especialmente en una fiesta de juego. recordemos que sólo se puede jugar con algo desde la distancia y asunción e integración del trauma (cultural, vital, médico...)